Los cubanos preocupados por lo que viene después del huracan Matthew

Cubanos del oriente del país temen por sus casas y otros bienes por el impacto del huracán Matthew, que que ya ha comenzado a hacerse sentir en el extremo occidental de Cuba.

María Luisa Chacón, una cubana residente en Guantánamo, resguardó a sus hijos en un lugar seguro pero ella prefirió quedarse en su barrio para intentar proteger la casa y los bienes del potente huracán Matthew que se avecina.

Chacón no es la única. Cubanos entrevistados por el periodista Adriel Reyes, de Radio Martí, dijeron que si bien se están preparando para el ciclón, lo que más les preocupa es lo que ocurre después, cuando la tormenta pasa tras haber arrastrado con todo lo que encontró su paso.

Niober García, residente en la ciudad de Guantánamo, dijo a Marti Noticias que todo estaba nublado y era inminente la llegada de las las lluvias.

"Aquí lo que más preocupa a la población es que el gobierno dijo por la Televisión que la alimentación iba a estar asegurada para estos días, y en realidad los únicos mercados abiertos son "los Zun Zun", donde solo vendían hoy por la mañana “ron y pollo en trozos a 19.55 la libra".

Los guantanameros esperan que en la próximas horas retiren el servicio eléctrico,y saben que se avecinan horas de mucha incertidumbre porque no hay combustible para cocinar, ni velas para “alumbrarse”.

“La lata de carbón que antes estaba a 10 pesos solo se encuentra a 100 pesos, una cantidad de dinero que casi nadie puede pagar", dijo García.

Los dos centros de evacuaciones en la ciudad de Guantánamo ya están llenos con personas que han traído de las áreas rurales con peligro de inundaciones, señaló García.

A juicio de García, “el gobierno está todo el tiempo apostando a la solidaridad humana entre vecinos para sortear los momentos difíciles en la provincia”.

La Defensa Civil (DC) lleva días pasando por las calles y diciendo por los altoparlantes “que la DC en Guantánamo es la población y que debe ayudarse entre ellos”.

También en Baracoa la autoridades locales están enfocadas en alertar y pedirle a la población que busquen protección en las edificaciones de mayor fortaleza, aseguró Emilio Almaguer.

Desde el mediodía de este martes comenzó a llover con fuerza en Baracoa, y ya se reportaban penetraciones del mar en las áreas más cercanas a la costa.

"Es lamentable que a pesar de las penetraciones del mar en las casas la gente siga en ellas enfrentando el peligro", señaló Almaguer, que vive más alejado de la costa, y desde ahí ha podido observar lo que ocurre.

En la ciudad cortaron la electricidad desde temprano, y “apenas he podidio cocinar los alimentos con un poco de carbón que compré días atrás".

Almaguer señaló que en la Televisión dijeron el domingo que iban a vender alimentos como galletas y pan en las bodegas, pero “solo sacaron un poquito el lunes y enseguida se acabó”.

Para Almaguer, la Defensa Civil en Baracoa es "la misma gente que se está ayudando entre sí. Enfatizó en que todos están muy preocupados y sienten la desprotección del estado, porque “aún no ha pasado el ciclón y lo que dijeron por los medios de difusión es que a las personas que sufran daños les venderán materiales al precio de mercado”.

Oscar Alcibiades, residente en Songo La Maya, Santiago de Cuba, dijo que a pesar de toda la campaña que han hecho los medios de difusión para que las personas que viven en áreas vulnerables a inundaciones abandonen sus casas "no lo hacen, porque temen perder lo poco que tienen".

“Aquí en este barrio periférico, yo misma fui una víctima cuando el huracán Sandy, que no me dieron nada para reparar mi vivienda (…) Esto está en mal estado. Aquí no se puede quedar nadie pero hay algunas personas que nos quedamos para proteger la casa de nosotros, amarrándola y eso a ver si no se la lleva”, explicó Chacón por teléfono desde el barrio Azúcar, en Guantánamo.

Medios oficiales sostienen que solo en Santiago de Cuba más de 1.600 casas que resultaron deterioradas cuando el huracán Sandy azotó la zona no han sido reparadas.

El paso de estos huracanes resulta más peligrosos debido al deterioro constructivo de las viviendas en muchas de las provincias del país.

Hergues Frandin explicó a Radio Martí que muchas personas han desmontado los techos de las viviendas fabricados con zinc o placas de fibrocemento. Ambas estructuras son frágiles y apenas resistentes a estos eventos que tienen fuertes vientos y lluvias asociadas.

“Han desmontado el techo por el miedo que le tienen a la fase recuperativa”, agregó Frandin desde Songo la Maya, en Santiago de Cuba.

Rubén Torres, residente de Palmarito de Cauto, en Santiago de Cuba, dijo que “la preocupación central es la recuperación”.

Otros como Isael Poveda, del Barrio Caribe, en Guantánamo, dijo que la mayoría le teme mucho a perder su vivienda.

“Conozco gente que ha estado 8, 10 y hasta 12 años albergados después de un ciclón”, expresó.

Fuente Martinoticias

4 de Octubre 2016