El gobierno socialista de Sri Lanka cercano a Cuba y endeudado con China fue derrocado por el pueblo

El presidente de Sri Lanka hizo saber este sábado que renunciará el próximo miércoles, poco después de que una multitud enardecida lo obligara a huir de su residencia, llevando a su paroxismo la crisis desencadenada por el hundimiento económico del país.

El gobierno socialista que imperaba en Sri Lanka ha sido un cercano a Cuba y China con quien contrajo una deuda millonaria.

La isla, de 22 millones de habitantes, se endeudó de forma masiva con China para superar años de déficits presupuestarios y comerciales. Desde hace meses, la población padece una grave escasez de alimentos, combustible y medicamentos y culpa al presidente Gotabaya Rajapaksa de esta histórica crisis.

Cientos de miles de personas se congregaron desde la mañana en Colombo, la capital, para exigir que el mandatario, Gotabaya Rajapaksa, asumiese la responsabilidad por los desajustes financieros que arruinaron a este país isleño de Asia meridional. Y varios centenares forzaron la entrada del palacio presidencial y obligaron a Rajapaksa a abandonar precipitadamente el lugar.

El año pasado el Primer Ministro de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, recibió al Embajador de Cuba Andrés Marcelo Garrido, quien le efectuó una visita de cortesía en su residencia oficial en Temple Trees. El organismo del régimen Cubaminrex informó en su momento que "durante el encuentro, que se desarrolló de forma cordial, se pusieron de manifiesto los lazos de amistad existentes entre Sri Lanka y Cuba. Igualmente se pasó revista a los aspectos de la agenda bilateral y se puso de manifiesto el deseo de ambas partes de continuar fortaleciendo las relaciones bilaterales existentes".


Manifestaciones masivas

Las redes sociales mostraron imágenes de los invasores deambulando por los salones del edificio de la época colonial británica y a algunos refrescándose en la piscina del lugar.

"El presidente ha sido escoltado a un lugar seguro", dijo una fuente militar a la AFP. "Sigue siendo el presidente y está bajo protección de una unidad militar", añadió.

Para garantizar su evacuación, los militares tuvieron que efectuar varios disparos al aire, manteniendo a raya a la muchedumbre.

Poco después, las oficinas del mandatario, en el distrito administrativo, también cayeron en manos del pueblo que tomo las calles. Los manifestantes también atacaron e incendiaron la residencia privada del primer ministro, Ranil Wickremesinghe.

El primer ministro Wickremesinghe, primero en la línea de sucesión, convocó durante el día una reunión de emergencia con líderes de otros partidos y se dijo dispuesto a dimitir para permitir la formación de un gobierno de unidad nacional.

Las manifestaciones de las últimas semanas para exigir la renuncia del gobierno han tenido una afluencia masiva.

Rajapaksa es señalado como principal responsable de la mayor crisis desde la independencia del país en 1948, que conjuga una inflación galopante con una grave escasez de combustibles, electricidad y alimentos.

La ONU estima que alrededor del 80% de los 22 millones de srilankeses se salta comidas.

Según economistas, el colapso se debe a la pandemia de covid-19, que privó a la isla de las divisas del sector turístico y se vio agravada por malas decisiones políticas.

En abril, Sri Lanka se declaró en suspensión de pagos de su deuda pública de 51.000 millones de dólares e inició negociaciones de rescate financiero con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero analistas temen que ese programa imponga aumentos de impuestos y atice la cólera popular.

Según informes médicos, tres personas resultaron heridas de bala cuando las fuerzas de seguridad trataron de dispersar la protesta en el sector administrativo de Colombo y 36 recibieron tratamiento por los efectos de los gases lacrimógenos.

El viernes, las fuerzas del orden impusieron un toque de queda en un intento de disuadir a los manifestantes de salir a la calle.

Según las autoridades, unos 20.000 soldados y policías fueron enviados a Colombo para proteger al presidente

De todos modos, el toque de queda fue ignorado y algunos manifestantes obligaron incluso a las autoridades ferroviarias a conducirlos en tren hasta Colombo para participar en la marcha.

En mayo, nueve personas murieron y varios centenares resultaron heridas en los disturbios.

Fuente AFP

9 de julio 202